Lo que esconde la sangre de nariz en niños

La hemorragia nasal, habitual en los niños pequeños, no debería generar mayores complicaciones. Sin embargo, siempre es importante prestar atención a la cantidad del sangrado y a cuanto se prolonga, ya que podría ser síntoma de alguna otra patología.

 

¿Por qué se produce el sangrado nasal en los niños?

Las causas más frecuentes son las alteraciones de la mucosa nasal, piel que reviste el interior de la nariz. Producto de condiciones ambientales, cambios bruscos de temperatura y la presencia de partículas irritantes en el ambiente (alergenos), esta mucosa se inflama, queda más delicada y fácil de sangrar. A esto se suma que los pequeños se introducen los dedos en la nariz, sacándose, muchas veces, las costras.

¿Hay otras causas asociadas?

Sí, también puede deberse a rinitis alérgica, traumas nasales, cuerpos extraños y malformación de las venas de la nariz.

¿Qué tratamientos se utiliza en casos de sangrado recurrente?

Existen cremas antisépticas locales que se emplean para tratar la inflamación de la mucosa nasal y reducir la formación de costras y su sangramiento. Es un procedimiento simple e indoloro. Sin embargo, la tasa de recurrencia es alta, en especial en los niños dada la manipulación digital de la mucosa y su recolonización.

Otras causas

El doctor Rodrigo Silva, médico familiar niños de Red de Salud UC CHRISTUS, comenta que el sangramiento nasal no debería prolongarse por más de tres minutos. De no ser así, se debe consultar al médico, sobre todo si:

  • El niño ha requerido atención de urgencia para manejar su sangramiento
  • Presenta sangrado en otros sitios (encías), se asocia a menstruaciones muy abundantes o a rápida aparición de hematomas en el cuerpo
  • Posee antecedentes familiares de enfermedades de la coagulación (hemofilia)
  • Se asocia con baja de peso inexplicable o alteración del apetito
¿Cuánto debería durar y cómo detener el sangrado?
  • Comprimir la punta de la nariz del niño, formando una pinza con el índice y el pulgar, durante tres minutos, mientras el menor respira por la boca
  • Si el sangrado no se detiene, comprimir por dos minutos más
  • Pasado los cinco minutos, mantener la compresión y trasladarlo a un Servicio de Urgencia
  • No se recomienda llevar la cabeza hacia atrás, ya que esto favorece que la sangre pase a la boca y sea ingerida

Colaboración: Dr. Rodrigo Silva, Medicina familiar niños, Red de Salud UC CHRISTUS.

 

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