Es anormal que los niños ronquen

El ronquido representa una resistencia aumentada del paso de aire en la vía aérea superior, por tanto, está alterada la fisiología de la respiración, lo que puede tener consecuencias en varios sistemas del organismo. Es una señal de alarma que siempre requiere atención”, detalla el doctor David Jofré, profesor asociado adjunto de la Facultad de Medicina UC y otorrinolaringólogo de Red de Salud UC CHRISTUS.

El experto añade que los niños que presentan interrupciones de la respiración asociadas al ronquido pueden tener otras alteraciones del sueño que son síntomas de alarma, como enuresis (se orinan durante el sueño), terrores nocturnos, sueño inquieto, posturas anómalas y sudoración excesiva, entre otras.

El ronquido nocturno en niños no se revela de la misma manera que en los adultos, pero sí tiene muchas manifestaciones equivalentes, lo que puede hacer que sea más difícil relacionar los ronquidos con un problema como la apnea del sueño, trastorno que puede tener un impacto negativo en el rendimiento académico, actitud relacional y el comportamiento del pequeño.

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CONSECUENCIAS ASOCIADAS

Si se altera la fisiología de la respiración, se pueden ocasionar efectos en el crecimiento y el desarrollo del menor. “Muchas de las causas que se expresan a través del ronquido tendrían consecuencias en todo el organismo. Lo más severo es cuando se presentan apneas del sueño en niños menores de seis años y que afectan al 3 % de ellos. Si estas no se tratan, pueden dar paso a enfermedades cardiovasculares importantes”, puntualiza el especialista.

En palabras del doctor Jofré, los niños roncadores que tienen apneas obstructivas presentan déficit atencional, alteraciones conductuales, mal rendimiento escolar, cefalea matinal y somnolencia en el día, que es más característica en preadolescentes.

¿CUÁNDO CONSULTAR?

Los padres de niños roncadores deben consultar siempre, sin excepción, a un otorrinolaringólogo, que es el especialista que maneja en forma integral el tema, desde el punto de vista médico y quirúrgico. “Los ronquidos requieren estudio y tratamiento. Existen algunas condiciones generales, como obesidad y enfermedades neuromusculares, cuyo adecuado manejo evitaría la aparición de trastornos del sueño o disminuiría los efectos negativos y complicaciones junto con el tratamiento del otorrinolaringólogo. Por tanto, es muy importante la consulta oportuna. El diagnóstico y decisión de tratamiento habitualmente es clínico. Se recurre ocasionalmente a radiografía o endoscopía nasal para visualizar adenoides. En casos excepcionales se recurre a estudios del sueño”.

¿Y EL TRATAMIENTO?

Como ya explicó el doctor Jofré, los niños que roncan pueden tener problemas de salud. Las apneas obstructivas del sueño alteran la vida escolar de los menores porque, entre otras cosas, les impiden concentrarse durante el día. Son niños que suelen mostrarse muy excitados, nerviosos. “El tratamiento del ronquido empieza con un diagnóstico médico”, sentencia el experto.

Si notas que el ronquido de tu hijo persiste, no permitas que esas condiciones se prolonguen más. Existe una solución y es la que te dirá el experto. El diagnóstico será dado según la edad del niño, sus hábitos, y la persistencia del ronquido. Si es algo puntual, en el caso de un resfriado o alergia, se tratarán las dolencias. Si se observa que es una consecuencia de sobrepeso, se le indicará una dieta.

Si el ronquido llega a interrumpir muchas horas de sueño del menor, se hará un estudio más profundo. Lo mismo ocurrirá si el niño presenta apnea del sueño. “El ronquido crónico debe ser evaluado y tratado cuanto antes para evitar problemas de crecimiento y de aprendizaje", entre otros.

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NO OLVIDAR

Un niño no debe roncar a menos que esté resfriado, tenga una infección o cuadro inflamatorio respiratorio. Otras causas asociadas son rinitis alérgica, desviaciones del septum nasal e hiperplasia de amígdalas y adenoides. “En este último caso el tratamiento quirúrgico es curativo en más del 80 % de los casos, que es un nivel de eficacia mayor que la gran mayoría de los tratamientos médicos. En niños sin factores de riesgo, como obesidad, alteraciones neuromusculares y síndromes genéticos, la mejoría es significativamente mayor”.

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