La Dieta de la Lengua

Un plan de alimentación para desintoxicar el cuerpo basado en lo que la lengua dice del organismo.

Por Daniela González / Paula 1108. Sábado 10 de noviembre 2012.

Lo que dice la lengua:
Roja intensa: exceso de calor en el organismo, daño hepático o intestino ácido.
Grisácea: problemas a nivel pulmonar, mala oxigenación de los órganos.
Rosada muy pálida y opaca: anemia.
Blanca: debilidad, infección y gran toxicidad.
Con pequeñas grietas: cálculos en los riñones o arenilla que se está formando.
Color vinoso opaco: resistencia a la insulina.

Según la medicina China la lengua es el brote del corazón y está conectada a todos los órganos: su punta representa al corazón; el centro, a los pulmones; su raíz, al estómago; y los bordes, al hígado y la vesícula. Una inspección de su color y aspecto puede dar luces del estado general del organismo y esa es la finalidad de la glosodiagnosis, técnica de diagnóstico milenaria en la que la terapeuta del dolor, Paula Droguett, se especializó en España. “Lo que muestra la lengua es el grado de toxicidad del cuerpo y sus órganos. Las toxinas se alojan en el intestino y desde ahí migran al cuerpo, acumulándose en algunos sectores y provocando enfermedades”, explica. Por eso, según la terapeuta lo primero es sanar al intestino para luego seguir con el resto del cuerpo. Para ello diseñó un plan de alimentación cuya primera fase dura 20 días y que, además de desintoxicar, hace bajar al menos 3,5 kilos. El régimen es estricto y se basa en ciertas combinaciones de alimentos –distintas para cada paciente– que actúan arrastrando toxinas e inyectando nutrientes.
(Consultas a contacto@sanateconmigo.com o al cel 8723 5100).

Plan de alimentación
Aunque varía entre cada paciente la dieta desintoxicante, que Paula Droguett diseña
en base al diagnóstico de la lengua, consiste generalmente en:
Desayuno: además de jugo natural de naranjas, que acidifica el intestino y equilibra su pH, se recomienda comer un pan pita integral con jamón de pavo y lechuga: la mezcla arrastra los residuos en el intestino, actuando como una especie de rastrillo biológico.
Almuerzo: evitar carnes rojas y preferir las blancas, que demoran menos en degradarse en el intestino y producen menos toxinas. Evitar los carbohidratos, por su exceso de azúcar, y preferir verduras verdes cuya clorofila protege al sistema inmunológico y vigoriza al sistema nervioso central.
Cena: para no saturar al metabolismo, que suele ser más lento por las noches, tomar sopa casera de verduras surtidas en toda la cantidad que se quiera, pero sin sal, pues esta impide la absorción de los nutrientes.
Entre comidas: jalea, que tiene colágeno, emulsiona el intestino y tiene mucha agua.

No hay comentarios

Agregar comentario